El grupo de teatro El Callejón del Gato formado por los alumnos de 4°ESO de la materia de Oratoria y Teatro han representado hoy la obra «Pre-textos». El resultado ha sido maravilloso y conmovedor. Una serie de monólogos interpretados por chicos llenos de ilusión y ganas ha hecho que la mañana de este jueves haya sido distinta. ¿Todos podemos ser actores? ¿Somos capaces de llegar con el lenguaje verbal y no verbal al alma de quienes se encuentran en un teatro? Se puede si tienes a don Miguel Ángel Cabrera como director. Enhorabuena un año más por este trabajo, tanto a ti, querido compañero, como a esos fantásticos alumnos.
A continuación os dejamos uno de los monólogos con el que nos han deleitado hoy:
«Muchos quieren comerse el mundo pero cuando el mundo les devuelve el primer bocado se sienten derrotados. Todos quieren ser exitosos hasta que se dan cuenta de que serán juzgados, traicionados, criticados. Y es que dirigir, delegar, criticar y juzgar es fácil. Pero dar el ejemplo con hechos son muy pocos los que son capaces. Muchos van a estar a tu lado, siempre y cuando no representes una amenaza para ellos y mucho menos intentes superarlos. Muchos van a querer correr a tu lado, pero pronto se cansarán y querrán detenerte o que te detengas a esperarlos. ¡Y es que la gente lo perdona todo, menos el éxito! Se van a reír de ti, hablarán de ti, e incluso harán un listado de cada uno de tus fracasos y del porqué no deberías soñar o hacer algo. Derramarán veneno por las calles a cualquier oído sediento de venganza. Pero mientras ellos hablan, un día tus hechos los aplastarán y no habrá más que aceptar que tú te atreviste, y ellos no. Cuando tienes un propósito en la vida, el afán, la angustia, el estrés, la confusión desaparecen completamente. Cuando sabes tus prioridades puedes dedicarle cada maldito segundo de tu bella existencia a morir con dignidad. Y es que no siempre debes ser el protagonista de la película, hay momentos para estar en la luz y otros para estar en la sombra. Pero nunca califiques tu vida hasta que no sea el momento de ponerle créditos a una tumba. Hasta entonces, tu historia no ha terminado». (Daniel Habif)