El fútbol es mi pasión

1. ¿Cómo empezaste con el fútbol?
Desde pequeño he estado con una pelota en los pies. Mi padre es un apasionado del fútbol y al verme, decidió apuntarme a la Escuela de Fútbol de Pozoblanco, con tan solo 3 años. Poco a poco, he ido creciendo y pasando a lo largo de todas las categorías inferiores de la escuela, y después, con 12 años, pasé al Club Deportivo Pozoblanco, donde he jugado dos temporadas en infantiles, dos en cadetes y actualmente, este es mi segundo año en categoría juvenil.

2. ¿Cuál es tu posición en el campo? ¿Cómo te defines como jugador?
Mi posición es la de centrocampista, y dentro de ésta, puedo jugar tanto de pivote como de media punta. Me definiría como un jugador con fuerza, intenso en los duelos aéreos y con buen golpeo.

3. ¿Has ido a algún campeonato?
Sí, he podido ir al campeonato de Andalucía representando a la selección cordobesa, hace dos años. Me encontraba en la categoría cadete, y junto a tres compañeros de equipo empezamos a ir a convocatorias con la selección, acudiendo finalmente en el puente de Andalucía a disputar este campeonato.

4. ¿Cómo está siendo la experiencia que estás teniendo con el primer equipo?
Es algo muy especial, es importante que siendo juvenil cuenten contigo para el primer equipo, y te integren en el grupo como uno más.
Desde la pretemporada, tuve la oportunidad de estar dos meses con ellos entrenando, aunque al empezar la liga de juveniles volví con mi equipo, pero he seguido entrenando con el primer equipo casi todas las semanas.
Varias semanas atrás, dos compañeros que jugaban en el centro del campo se lesionaron, por lo que el entrenador decidió contar conmigo y entré en la convocatoria del primer equipo, debutando en Coria del Río (Sevilla) y jugando 40 minutos ese partido.
El entrenador me dijo que siguiera trabajando igual, que volvería a tener más oportunidades y, a la semana siguiente, jugué el primer partido como titular, en el que incluso marqué un gol.
He seguido entrenando con el primer equipo, pero dependiendo de las circunstancias de cada semana, he alternando fines de semana en los que he jugado partidos con el primer equipo y otros con el juvenil.
Seguiré esforzándome para intentar seguir teniendo oportunidades con el primer equipo del CD Pozoblanco y jugar minutos en tercera división.

5. ¿De quién te acordaste cuando debutaste con el primer equipo? ¿Qué sentimientos tuviste?
Me acordé principalmente de mi abuelo Miguel, ya que desde que era pequeño ha estado intentando hacerme mejor futbolista y mejor persona, con sus consejos y motivación para que llegara un día como aquel. Al igual que de mis padres y toda mi familia, que han estado apoyándome siempre. Estuve nervioso cuando iba a debutar, pero cuando salí al campo se me olvidó todo y sobre todo tenía ganas de demostrar de lo que era capaz de hacer.

6. ¿Cómo compaginas el deporte con los estudios?
Siempre he tenido facilidad para ponerme a estudiar cuando tengo un momento, y creo que es algo clave para llevar las dos cosas a la vez. Un entrenamiento te ocupa varias horas y todas las semanas entrenas cuatro días, más un día del fin de semana en el que juegas el partido, que a veces puede ocuparte el día entero si has tenido que viajar fuera. Por tanto, tienes que ser capaz de aprovechar el poco tiempo que hay.

7. ¿Seguirás jugando cuando te vayas a estudiar fuera?
Es algo que no pienso mucho, pero está a la vuelta de la esquina y que debería pensar más. Quiero continuar con mis estudios porque el algo clave para el futuro, y obviamente si puedo seguir con el futbol es algo que me gustaría.
Todavía no he decidido donde irme a estudiar, pero el futbol el algo que puede condicionar el lugar, con tal de poder seguir haciendo las dos cosas.

8. ¿Qué crees que te ha aportado el deporte en tu vida?
El deporte diría que me ha aportado otra perspectiva de la vida para hacerme ver que con trabajo, dedicación y ganas de llegar donde te propongas puedes conseguir todos los objetivos. Llevando esto al día a día para intentar ser el mejor en todo lo que me proponga.

Autores: Miguel A. Sánchez Agudo y Miriam Mansilla Calero